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La anarquía, la rebeldía, el punk y las drogas: ¿antisistema?

  • Foto del escritor: chaksaastal
    chaksaastal
  • hace 11 minutos
  • 2 Min. de lectura

Por: Samuel Pech.



Andaba navegando por mis redes sociales, cuando de repente, ¡Pum! Me apareció una imagen que contenía la siguiente frase: “Ni el punk es anarquía, ni la droga rebeldía” escrito con aerosol en un muro y firmado seguidamente con la famosa letra “A” encerrada en un círculo.


Pensé, en parte tiene razón, porque el “Punk” es algo más como un movimiento cultural, una forma de expresión “antisistema” en lo musical, en la moda, etc. Y las drogas por su parte, son un inhibidor que conducen al sujeto revolucionario a la inacción, no hacen que éste se rebele contra el sistema sino todo lo contrario. Pero es necesario completar la frase del inicio con lo siguiente: “Ni el punk es anarquía, ni la droga rebeldía, NI LA ANARQUÍA ES REVOLUCIONARIA”. La anarquía generalmente aísla al sujeto, lo dirige a una lucha o individual, o idealista, o desorganizada (sin estrategias para acabar con el capitalismo), o las tres.


Aunque es común pensar de primera mano que el anarquismo es la máxima expresión de revolución, lo cierto es que no es así. Por su falta de método científico, se vuelve una herramienta desmovilizadora y fiel sirviente de la clase social dominante, la burguesía.


Compartí lo anterior a modo de publicación en mis redes sociales, y en seguida surgieron comentarios al respecto, por ejemplo, alegando de manera irónica que se estaba fomentando un “revolucionariómetro” o que se trataba de “juicios muy generalizantes y definitivos encaminados a señalar una sola forma correcta de luchar”, y algún otro comentario simplemente decía “ni al caso”.


La intención de estas críticas y observaciones nunca será la de restarle valor a las ideas personales de cada quién, sino la de elevar la discusión hacia lo que realmente se necesita para derrocar al capitalismo desde su raíz, es decir, generar el debate a partir de un análisis materialista, esto es, haciendo caso a la realidad y a lo que la lucha actual nos exige.


A los comunistas no nos interesa generar o fomentar un sistema de medición sobre quién o qué es más revolucionario, pero atendiendo a la historia y a las experiencias organizativas, las concepciones posmodernas de la realidad se traducen en acciones y discursos idealistas, así como el anarquismo, que termina siendo anticomunismo y por ende muy útil para la burguesía que explota a la clase trabajadora.


No existe forma homogénea de luchar, pero es claro el mensaje: si al final el capitalismo sigue cómodo, hay que replantearnos nuestros métodos. Esto es algo que en la militancia comunista tenemos muy en cuenta, consiste en mantener los principios que llevarán a la clase obrera la revolución y a la toma del poder, y esto no es canjeable, por más radical, renovadora o ultraizquierdista que suene una idea o movimiento.

 
 
 

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© 2023 por Chak Sáastal

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