Por Chak Sáastal
Ocurre en el proceso revolucionario, que la clase dominante derrotada, trata por los medios más violentos de recuperar el poder político y económico. Recurren, con la rabia más salvaje al desprestigio y a las calumnias, preparando el escenario de muerte. Cuando han podido recuperar el poder, construyen mártires de los revolucionarios, despojándolos de su filosofía, convirtiéndolos en íconos inofensivos, cubren su nombre con un halo de divinidad que consuela y engaña a las y los oprimidos, desapareciendo el espíritu revolucionario que los llevó a tomar el cielo por asalto.
Esto es lo que pasó después del 3 de enero de 1924, cuando fueron asesinados Felipe Carrillo Puerto y militantes del Partido Socialista del Sureste. Un asesinato que en nuestros días es conmemorado y homenajeado por los mismos asesinos en un acto del más puro cinismo. Es importante recordar este asesinato, señalar a los asesinos, y analizar de manera crítica las causas que permitieron esta brutal represión.
Por tal motivo, el Partido Comunista de México y la Federación de Jóvenes Comunistas acompañaron a organizaciones obreras y campesinas convocadas por la asociación Kone’ex Muul Meyaj para conmemorar el asesinato de Felipe Carrillo Puerto.
El acto político dio inicio después de que mujeres mayas, campesinas, pertenecientes a Kone’ex Muul Meyaj entonaran el himno agrarista. Las y los oradores recordaron a las y los socialistas y sus obras. Se rememoró la fundación de la UADY durante el gobierno socialista y lo alejada que se encuentra esta casa de estudios de los objetivos sobre los que se erigió. Se habló de las y los campesinos sin tierra y las y los obreros sin empleo, demostrando así que las consignas de las ligas de resistencia socialista continúan vigentes.
Militantes del PCM y de la FJC intervinieron para mencionar los aciertos del gobierno socialista y las reivindicaciones comunistas señaladas en sus congresos de Motul e Izamal en Yucatán. También señalaron el error fundamental de los socialistas yucatecos de principios del siglo XX y que constituye una enseñanza vital para quienes levantamos la bandera del socialismo-comunismo: Para construir el socialismo es necesario destruir la maquinaria estatal que permite la dictadura de la burguesía y sustituirla por la dictadura del proletariado. A la burguesía no se le puede dejar ni la más mínima oportunidad para su reorganización.
De la misma forma se aprovechó para hacerle frente a los partidos políticos burgueses que tratan de servirse de las banderas de Carrillo Puerto, recordando que su pensamiento estaba más cercano al nuestro, pues así lo expresó en una carta a José Ingenieros en 1922.
“Los periódicos que componen lo que usted ha denominado con rigurosa propiedad la Internacional Capitalista de la Prensa, me atacan de continuo llamándome bolchevique y otras cosas. Bolchevique soy porque detesto el régimen capitalista fundado sobre la impiedad de los fuertes y la explotación de los humildes. Yo quiero otra cosa muy distinta de ese régimen, lo que buscamos los revolucionarios de todos los países: mayor libertad, más justicia”[1]
El acto terminó con la entonación del himno a Felipe Carrillo Puerto mientras se hacía una modesta ofrenda floral y se cubría su tumba con una bandera roja.
[1] Mantilla Gutiérrez, J. E. (2005). Los mayas en el pensamiento político de Felipe Carrillo Puerto. Revista de la Universidad autónoma de Yucatán, Número 233, 26–43. (página 34)
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