Por: Neftalí Ricardo.
En abril del presente año (2023) la empresa de salsas “El Yucateco” dio a conocer a sus trabajadores y trabajadoras que no pagarían utilidades, un derecho laboral consagrado en la Ley Federal del Trabajo (Artículo 117), bajo el argumento de que en el año fiscal inmediato (2022) no se obtuvieron ganancias. Este argumento se modificaría días después, en que la empresa mencionó que durante el año 2022 se realizaron “fuertes inversiones” pues se construye una nueva planta para la fabricación de los productos.
Para el 28 de abril, las y los obreros organizaron un paro de labores que duro 4 días (hasta el 2 de mayo), pues después de esto, la empresa accedió a entregar una cantidad de $7,500 a cada uno en dos pagos. Cabe mencionar que las utilidades se calculan sobre el 5% total de las ganancias entre el número total de las y los trabajadores, de tal forma que si la empresa pagó $7,500 por cada uno de ellos y suponiendo que tienen por lo menos 201 trabajadores (en los datos del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas, DENUE esta empresa tiene entre 201 y 500 trabajadores) la empresa estaría obteniendo una ganancia total de $30,150,000. Si la empresa cuenta con 500 obreros la ganancia total ascendería a 75 millones de pesos, esto suponiendo que los $7,500 es la cifra justa que debe recibir cada trabajador/a de “El Yucateco”.
De lo expuesto anteriormente podemos concluir lo siguiente:
1. La burguesía, sin importar si es local o extranjera, tiene un interés diferente a la clase trabajadora. Este hecho deja al descubierto la contradicción capital - trabajo.
2. La organización de las y los trabajadores en un sindicato para la defensa de sus intereses sigue siendo vigente.
En la primera afirmación podemos además decir que la explotación a la clase obrera puede verse en un sentido general, por ejemplo, si asumimos que los trabajadores ganan por lo menos el salario mínimo ($207), que la plantilla es de 500 trabajadores y que la ganancia total fue de 75 millones de pesos; tendríamos que del total de lo producido (100%) el trabajador solo recibe el 3.9% por su trabajo y el 86.1% restante corresponde a la plusvalía, es decir, que en una jornada laboral de 8 horas, el trabajador ha cubierto su salario en 20 minutos de trabajo y durante las siguientes 7 horas cuarenta minutos, éste seguirá generando mercancías que no servirán para su salario, sino que irá directo a la bolsa del burgués, en este caso, el dueño de “El Yucateco”. Por supuesto este análisis podría ser más claro si tuviéramos las cifras reales de dicha empresa.
Por otro lado, una de las lecciones que obtenemos de este suceso, es que a pesar del mito de que son los empresarios quienes generan empleos y riqueza, puede verse con claridad que son las y los trabajadores quienes mueven la economía, es decir, sin trabajadores fabricando los productos de “El Yucateco”, la empresa no podría generar esas ganancias. Por otro lado, los obreros bien podrían operar la fábrica sin necesidad del dueño de “El Yucateco”.
Otra lección es que la lucha organizada de la clase trabajadora puede doblegar a la patronal y llevar a la conquista de un derecho, en este caso a la defensa de uno de los derechos laborales: el pago de las utilidades. Las trabajadoras y trabajadores organizados podemos doblegar a la patronal, no solo para defender un derecho, sino para recuperar los perdidos y conquistar nuevos. Lo importante aquí es reconocer que, en México como en el mundo capitalista, los empresarios y los proletarios tenemos intereses diferentes y en ningún momento estos pueden conciliarse.
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