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El tren de los monopolios de América del Norte. Parte II

Por: Carlos Parra.


Hace unos meses se habló de la posible creación de una red ferroviaria que conectaría a México, Estados unidos y Canadá, y con ello asegurar la dinamización de la industria exportadora de los tres socios comerciales (“El Tren de los Monopolios de América del Norte. Parte I”). Hace un par de días se dio la noticia que se está considerando la posibilidad de que el Tren Maya pueda interconectarse con el Tren Transístmico desde palenque hasta Canadá y así poder transportar carga desde Quintana Roo hasta el país de más al norte.


Luis Alegre Salazar, quien fuera el representante del gobierno federal con lo referente al Tren Maya en Quintana Roo, afirmó que eventualmente todo lo que se produzca en esta zona del país, podrá llegar hasta Canadá, aprovechándose de la red ferroviaria existente. Esta posibilidad solo estaría disponible para el traslado de mercancía, ya que no se prevé el uso de esta nueva red para el transporte de personas.


Con la apertura de esta nueva red ferroviaria, que se extendería desde la península de Yucatán, hasta Canadá buscando dinamizar la industria del comercio exterior en esta zona del país, y con ello incrementar las ganancias de los monopolios regionales, así mismo sería de gran atractivo contar con esta mega infraestructura ferroviaria, para la llegada de capital financiero que contribuyan al desarrollo de las fuerzas productivas, en esta región del país, que desde años atrás, los capitalistas mexicanos, han buscado la forma de consolidar su explotación. Hay que recordar que, dentro de los proyectos subyacentes del Tren Maya, se encuentra la construcción de una línea férrea que conecte al puerto de progreso con la ruta del TM, y con ello abrir la posibilidad de transportar carga desde el puerto principal de Yucatán, o desde Punta Venado, y otros puertos de entrada y puntos de carga, hasta Canadá.


Bajo la mentira de dotar de una infraestructura que conecte la región sur sureste, con el centro del país, cosa que, si bien en términos logísticos es necesario, puesto que abría la posibilidad de reducir costos de transporte ya sea de personas y de carga, pero que, en términos reales, solo beneficiaría a los grandes monopolios que han hecho nicho en esta región; se busca beneficiar a los capitalistas que han invertido grandes fortunas en esta zona, impulsando con ello la explotación de los recursos naturales y humanos, y contribuyendo al abandono del campo. Solo hace falta echar ojo al volumen importante de mercancía que se mueve en esta zona del país, que es exclusiva de exportación como lo son los productos cárnicos.


Todo esto sin contar que las pésimas condiciones de vida y laborales en la que viven los y las trabajadoras del sur sureste, se irán más en declive, puesto que la posible llegada de inversión extranjera es sinónimo del traslado de empresas transnacionales y/o naves industriales, que solo ofrecen puesto de trabajo precarios y en condiciones paupérrimas a la población local y regional, que ya de por si se encuentra precarizada, siendo Yucatán uno de los estados con peor salario a nivel nacional, y con un costo de vida elevado.


Tanto el proyecto del tren maya, el tren transístmico, como los demás proyectos capitalistas que se desarrollan a lo largo y ancho del país, responden a la necesidad de los capitalistas de dinamizar las fuerzas productivas y con ello extraer más ganancias, a costa de los recursos naturales y humanos, no hay que olvidar que estos proyectos capitalistas ya se habían planteado y buscado realizar desde décadas pasadas, y que solo, con la llegada de la socialdemocracia expuesta con la 4T, es que se han podido consolidar.


La única salida es hacerle frente a estos golpeteos, a través de la organización, en el campo, la cuidad, en el norte y en el sur, la necesidad imperante es la unión de los proletarios.


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