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Fantasías burguesas: el mito de la “socialización” de los artículos personales

Por: Emiliano Zepeda.



A lo largo de su lucha contra las fuerzas comunistas, la burguesía, utilizando todo su arsenal ideológico, ha lanzado y repetido hasta el cansancio la falacia de que los comunistas, al buscar la abolición de la propiedad privada, entonces también buscan la “socialización” de sus objetos personales, como pueden ser sus celulares, sus prendas, incluso objetos más íntimos como su ropa interior, su cepillo de dientes, etc., puesto que no habría propiedad privada y “todo sería de todos”.


Ahora bien, ¿qué tanto hay de cierto en esto? La respuesta más clara y que procederemos a analizar la encontramos en el mismo Manifiesto del Partido Comunista en el capítulo II denominado “Proletarios y comunistas”. Marx y Engels escribían:


“El rasgo distintivo del comunismo no es la abolición de la propiedad en general, sino de la abolición de la propiedad burguesa”.


(…) “Se nos ha reprochado a los comunistas querer abolir la propiedad personalmente adquirida, fruto del trabajo propio, esa propiedad que forma la base de toda libertad, actividad e independencia individual”.


(…) “El precio medio del trabajo asalariado es el mínimo del salario, es decir, la suma de los medios de subsistencia indispensables al obrero para conservar su vida como tal obrero. Por consiguiente, lo que el obrero asalariado se apropia por su actividad es estrictamente lo que necesita para la mera reproducción de su vida. No queremos de ninguna manera abolir esta apropiación personal de los productos del trabajo, indispensables para la mera reproducción de la vida humana, esa apropiación, que no deja ningún beneficio líquido que pueda dar un poder sobre el trabajo del otro. Lo que queremos suprimir es el carácter miserable de esa apropiación, que hace que el obrero no viva sino para acrecentar el capital y tan sólo en la medida en que el interés de la clase dominante exige que viva”.[1]


Con estas citas del texto de Marx y Engels, se pueden llegar a ciertas conclusiones, elementales sí, pero que deberían aclarar un asunto medular en la propaganda anticomunista. ¿Acaso se puede explotar trabajo ajeno al adquirir un bien de consumo? La respuesta es no, porque “no da un poder sobre el trabajo de otro”. Por tanto, cuando Marx y Engels hablan, más adelante en el Manifiesto, sobre que el comunismo solo quita el derecho de explotar el trabajo ajeno con la abolición de la propiedad privada, no se están refiriendo a la propiedad privada en abstracto, sino a la propiedad privada sobre los medios de producción, es decir, el conjunto de instrumentos e infraestructura material que permite producir bienes de consumo.


Pongamos el ejemplo de la producción de sombreros, los medios de producción serían las fábricas de sombreros y los bienes de consumo los sombreros como tal. Al adquirir un bien de consumo como un sombrero no se está explotando ningún trabajo ajeno, en cambio, al tener bajo propiedad privada algún medio de producción como una fábrica, al colocar a obreros a trabajar para alguien en dicha fábrica, ahí sí se está explotando trabajo ajeno, se vive del trabajo ajeno, tal como los capitalistas que no trabajan y viven parasitariamente del trabajo de los obreros.


Sabiendo esto podemos comprender en su totalidad los fragmentos del Manifiesto del Partido Comunista, cuando los comunistas hablamos de la abolición de la propiedad privada nos referimos a los medios de producción, no a los bienes de consumo.

La burguesía repite esta falacia de que tendremos que compartir obligatoriamente nuestros artículos personales ya que de esta forma logra hacer creer a las masas de trabajadores que los comunistas vamos a obligar a todos a compartir hasta sus artículos más personales e íntimos, haciendo que muchos se lo crean y vean a los comunistas con malos ojos, logrando así adecuar la conciencia de las masas trabajadoras a favor del capitalismo y de la burguesía.


La burguesía nuevamente con la finalidad de asustar, desprestigiar e inculcar el odio de la clase obrera hacia su partido, el partido comunista, repetirá esta falacia sin sentido una y otra vez, y es deber de los comunistas aclarar que no es así, que este “argumento” anticomunista no es más que pura propaganda y fantasía de la burguesía para apartar al partido comunista de las masas trabajadoras y con ello perpetuar este sistema de explotación llamado capitalismo.

[1] Karl Marx y Friedrich Engels – Manifiesto del Partido Comunista

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