Por Roberto Grajales
En el primer minuto del 15 de febrero del año en curso, se levantaron las banderas rojinegras en las más de 300 sucursales del Nacional Monte de Piedad que existen en el país.
Tras años de negociaciones fallidas, el sindicato decidió irse a Huelga, pues el patronato del Nacional Monte de Piedad ha insistido en desaparecer el contrato colectivo que mantiene con el SEyTNMP y ha recurrido a medidas hostiles y agresivas en contra la base trabajadora. Ha promovido la desafiliación, ha despedido a trabajadores, sobre todo a quienes tienen una responsabilidad dentro del sindicato y no han permitido un aumento salarial. Todo esto, para que el sindicato entregue el contrato, cosa que no ha sucedido.
Las y los trabajadores, que han resistido todo esté tiempo, han asumido de manera valiente y decidida la huelga, misma que se mantiene gracias a la disciplina férrea de las y los sindicalizados, lo que ha obligado al patrona a sentarse a negociar de nuevo con el sindicato.
En campamentos, turnados, de manera ordenada y disciplinada las y los compañeros trabajadores mantienen su huelga y han recibido muestras de solidaridad y cariño, no solo de otros sindicatos y organizaciones, sino también de la clientela, de las y los vecinos cercanos a las sucursales quienes han mostrado solidaridad de clase con quiénes se manifiestan.
Las y los trabajadores del Sindicato de Empleados y Trabajadores del Nacional Monte de Piedad, demuestran con esta huelga dos cosas 1) que la huelga sigue siendo el arma más poderosa que tiene la clase trabajadora para conquistar sus derechos y 2) que son las y los trabajadores quienes crean las riquezas y no los empresarios.
Esta huelga es digna de admirarse y esperamos que sea la primera de muchas que la clase trabajadora emprenderá para reconquistar los derechos laborales que la patronal nos ha arrebatado.
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