Por: Emiliano Zepeda.
El pasado 13 de noviembre del presente año 2022 se llevó a cabo en la isla de Cozumel el evento “Gran Fondo Nueva York” (GFNY),una competencia de ciclismo en el que participan atletas de diversas partes del mundo. La isla de Cozumel suele ser sede de esta clase de eventos deportivos todos los años, por lo que los isleños están más que acostumbrados a los mismos. Y al no ser algo nuevo para la isla, también las autoridades gubernamentales del municipio han sacado a relucir el mismo discurso de siempre: el de la “derrama económica”.
El discurso oficial de las autoridades es que esta clase de eventos generan una derrama económica en la isla y mejora la calidad de vida de los habitantes, pero una cosa es lo que se dice desde las altas esferas del gobierno y otra cosa es lo que realmente sucede.
Con la promesa de una derrama económica se intenta ocultar que dicha derrama solo beneficiará a los mismos de siempre, a un puñado de empresarios nacionales e internacionales que tienen inversiones en la isla, desde grandes complejos hoteleros, restaurantes, rentadoras, joyerías, etc. En pocas palabras, dicha derrama económica solo se ve reflejada en las cuantiosas ganancias que obtienen los empresarios. Sin embargo, para la gran mayoría de la población, para la clase trabajadora, no se ve dicha derrama, ya que haya o no haya muchos clientes en un restaurante, hayan o no muchos turistas o atletas hospedándose en un hotel, hayan o no muchos compradores en las joyerías o en cualquier tipo de centro de venta o distribución de artículos o servicios, los trabajadores siguen percibiendo el mismo salario precario de siempre, con condiciones laborales muchas veces en extremo precarias (informalidad laboral, alta tasa de rotación, jornadas extenuantes o muy intensas, etc., datos que la misma Organización Internacional del Trabajo ha usado para describir al sector turístico en México) que lo obligan a no trabajar solo 8 horas sino 12 o más para conseguir llegar a fin de quincena (fenómeno muy conocido en la isla, donde la gran mayoría de personas de clase trabajadora se ve en la necesidad de buscar un extra, doblar jornada o tener 2 empleos para completar para los gastos de subsistencia).
Con esto, es común escuchar la argumentación de la patronal sobre que “puede que los trabajadores no vean aumentado su salario ni sus condiciones laborales tales como el contrato, las prestaciones o derechos establecidos en la Ley Federal del Trabajo, pero obtienen mayores ingresos ya que tienen la posibilidad de obtener una mayor propina en estos días en los que duran estos eventos”.
¿De verdad se puede decir que la posibilidad de tener unos $200 de propina unos 2 o 3 días seguidos se puede comparar con los millones que se embolsan los parásitos empresarios explotadores de los trabajadores? Aparte, estos eventos solo duran un día, el gran grueso de turistas y atletas que llegan por el evento,se van a los pocos días de terminar la competencia, todo el resto del año se padecen los altibajos en la temporada (temporada baja, temporada alta, poca llegada de cruceros, etc.). Con un salario miserable producto de la explotación que los trabajadores sufren a manos de los patrones, una propina diaria de $200 o incluso $400 no constituye un alivio para la subsistencia diaria, sumado a otros problemas que hacen que ese dinero se vaya tan rápido como llegó producto de los de por sí altos precios de los bienes y servicios en la isla, su encarecimiento debido a la inflación y la pérdida del poder adquisitivo de los salarios que hasta el sol de hoy no se ha detenido a nivel nacional.
Para nada estamos en contra del deporte y tampoco estamos en contra de los deportistas de cualquier disciplina, lo único que señalamos es que estos eventos deportivos, al funcionar en la dinámica del capitalismo, son utilizados no para promover el deporte ni los beneficios que este trae a nivel social o en la salud, sino para generar mayores ganancias para los empresarios parásitos que viven a costa de la clase trabajadora.
La clase trabajadora en la Isla de Cozumel y de todo el mundo debe comprender que, cuando se dice que estos eventos generarán una derrama económica y que es importante atraerlos, es necesario analizar: ¿Derrama económica para qué clase? ¿Para la clase trabajadora o para los empresarios explotadores? ¿De verdad mejorarán nuestras condiciones precarias de vida o solo mejorarán las billeteras de los empresarios?
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