Por Emiliano Zepeda
En la mañanera del 05 de octubre del año 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó en conjunto con representantes de la iniciativa privada el “Plan de Infraestructura” como parte del “Acuerdo Nacional para la Reactivación Económica” en donde se dieron a conocer 39 proyectos de infraestructura a nivel nacional, entre los que se encontraba la construcción de un 4° Muelle de cruceros para la Isla de Cozumel en el estado de Quintana Roo.
El 4° Muelle de cruceros es promovido por la empresa Muelles del Caribe S.A de C.V, propiedad del empresario yucateco José Lorenzo Molina Casares (la familia Molina es de las familias empresariales más influyentes en el sureste del país).
Este megaproyecto consiste en un muelle de cruceros en forma de “L” abarcando una superficie de 1.16 hectáreas y estará ubicado en la costa noroeste de la isla de Cozumel, específicamente en la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), entre dos Áreas Naturales Protegidas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y próximo a sus áreas de influencia respectivas. A su vez se contempla la construcción de un edificio de 2 niveles con una superficie de 1.1 hectáreas que funcione como terminal de cruceros con el objetivo de recibir a las personas que aborden o desembarquen de los cruceros. La conexión entre el muelle y la terminal será mediante un puente peatonal que cruzará la Av. Rafael E. Melgar. El costo de la obra ronda de entre los 58 millones 617 mil 23 pesos y los 511 millones de pesos aproximadamente.
La isla de Cozumel ya cuenta con 3 muelles de este tipo, aparte de ser el puerto de escala más concurrido del mundo para los cruceros antes de la pandemia por COVID-19. Aun así, tras la firma del acuerdo por AMLO y representantes empresariales, la empresa promovente (Muelles del Caribe S.A De C.V) presentó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) para su aprobación.
Sin embargo, en la Manifestación de Impacto Ambiental presentada ante la SEMARNA, se omitieron ciertos aspectos con la única finalidad de garantizar la aprobación del megaproyecto por dicha dependencia gubernamental, razón por la cual diversas organizaciones sobre todo ambientalistas presentaron estudios como argumentos en contra de la construcción de dicho muelle durante la consulta pública llevada a cabo por la dependencia en cuestión, esto debido a que la zona en la que se pretende construir el muelle está ocupada por especies de flora y fauna clasificadas como amenazadas en la Norma Oficial Mexicana 059 ambiental (NOM-059-SEMARNAT-2010).
Aunque se tenía toda esta información como prueba de la inviabilidad ambiental del megaproyecto y a pesar de que la empresa “Muelles del Caribe” ocultó información en la Manifestación de Impacto Ambiental, la SEMARNAT aprobó la construcción del muelle aún cuando confirmó la presencia de siete especies de flora y cuatro especies de fauna que se encuentran catalogadas en alguna categoría de riesgo, conforme a lo establecido en la NOM-059.
Lo único que la SEMARNAT comentó al respecto fue que la empresa promovente deberá presentar un plan de manejo ambiental de la zona que impactará la obra, así como la aplicación de medidas de prevención, mitigación y compensación ambiental (como si la destrucción ambiental que se avecina fuera a resarcirse con una determinada cantidad de dinero).
Ahora bien, hace falta realizar un análisis concreto de lo que realmente significa este megaproyecto tanto en lo ambiental, social y económico:
¿Cuáles son las consecuencias ambientales?
Como ya se dijo, la empresa “Muelles del Caribe S.A de C.V” omitió información respecto a la flora y fauna ubicada en la zona en donde se pretende construir el muelle en la Manifestación de Impacto Ambiental presentada a la SEMARNAT para así garantizar su aprobación y además, aunque la misma dependencia confirmó la existencia de flora y fauna catalogadas en categoría de riesgo conforme a lo establecido en la NOM-059-SEMARNAT-2010, el megaproyecto fue aprobado.
Se espera que de construirse y funcionar este nuevo muelle de cruceros, estas especies de flora y fauna serán afectadas, en especial las especies de coral tal y como ha sido demostrado tras un estudio realizado en el año 2019 por investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) donde dieron a conocer que en las áreas de arrecifes cercanos a uno de los muelles ya existentes al sur de la isla se registró una alta concentración de carbono orgánico, nutrientes e hidrocarburos, cosa que es dañina ya que los corales necesitan un ambiente de pocos nutrientes para poder crecer saludablemente.
Al aumentar la capacidad de recibir cruceros, aumentará, también, el número de visitantes al Parque Nacional Arrecifes de Cozumel. Ese espacio tiene una capacidad máxima de 2 mil 500 visitantes, pero por la alta demanda suele llegar a 3 mil 500 personas por día, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP). Sobrepasar la capacidad se puede traducir en malas prácticas turísticas y en afectaciones a los corales. Pueden ser daños físicos o por estrés, lo cual causa su blanqueamiento y puede conducir al síndrome del coral blanco, la enfermedad que ha matado a más del 40% de estos animales en el Caribe mexicano.
Y es que, de hecho, el turismo masivo ha sido el mayor depredador de la flora y fauna de la isla tanto por daños físicos producto de malas prácticas y/o contaminación, así como de estrés en dichas especies.
Esto en lo que respecta al turismo masivo y las prácticas que este supone respecto al medio ambiente, sin embargo, ¿Qué pasa con los cruceros en sí?
Un solo crucero contamina mediante:
- Todas aquellas emisiones de sulfuros y óxidos de carbono y nitrógeno, tales como NOx, SO2, CO o CO2 o hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH’s) y partículas en suspensión que alteran la calidad del aire, así como la calidad de los mares y océanos y, por lo tanto, afecta a toda la biodiversidad que se encuentra habitando estas zonas.
- Los desechos y aguas residuales que incrementan la sobrefertilización del mar y como consecuencia aumenta la cantidad de algas incrementando el proceso de eutrofización produciéndose de esta manera una falta de oxígeno en el agua. Sin dejar atrás que tanto los desechos y las aguas residuales son una amenaza para las especies marinas.
- Contaminación del mar por petróleo afectando no solo a la calidad del agua sino también a las especies marinas provocando su muerte.
- Daños en los arrecifes de coral, ya que muchas rutas de cruceros navegan muy cerca de las mismas, poniendo en peligro la vida submarina de estas zonas únicas en cuanto su riqueza.
- Contaminación acústica por los motores y las hélices del barco.
- Impacto sobre el suelo por el movimiento de masas que se apilan en un mismo destino.
Por tanto, en lo que al medio ambiente respecta, lo único que podemos esperar de este megaproyecto de infraestructura es un daño brutal a la flora y fauna de la isla, la inviabilidad medioambiental del mismo es contundente.
¿Cuáles son las consecuencias sociales?
Este 4° muelle detonará aún más el turismo masivo. Entre las consecuencias más destacadas del sector turístico se encuentra la inseguridad.
Por todos es conocido el turismo sexual, mismo que incrementa las redes de tráfico de mujeres (muchas menores de edad), prueba de ello es que en 2017 la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM) emitió la declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) en los municipios de Benito Juárez, Solidaridad y Cozumel, todos municipios turísticos. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Cancún se encuentra en los primeros lugares en lo que a captación de turistas se refiere, pero a la vez, se encuentra en los primeros lugares en explotación infantil en turismo, cosa que concuerda debido a que la Península de Yucatán es uno de los trampolines de entrada y salida de redes de trata de personas.
Otro de los problemas sociales que se verán impulsados de construirse y funcionar este 4° muelle y su respectivo empuje al sector turístico será el tráfico de drogas.
El Narco-turismo es una realidad, turistas de diversos países que lo único que buscan es adquirir y consumir sustancias psico-activas ilegales. Al existir este mercado, los narcomenudistas y cárteles de la droga comienzan a disputarse este sector de mercado con la finalidad de incrementar sus ganancias, no hace falta decirlo ya que la misma población cozumeleña ha padecido este problema en el mes de marzo del presente año 2021, cuando por medio de “narco-mantas” se dio a conocer a la población de un toque de queda debido a una disputa entre el “Cártel de Sinaloa” y “Los Maseros”, problema que de más está decir, también padecen municipios como Benito Juárez y Solidaridad, ¿Qué tienen en común estos municipios?, nuevamente una fuerte dependencia del sector turístico.
¿Cuáles son las consecuencias económicas?
Este megaproyecto de infraestructura se viene disfrazando a nivel federal con la excusa del progreso y desarrollo económicos, sin embargo, se olvidan (o mejor dicho, no quieren mencionar) que este desarrollo económico no será para todos por igual sino para una minoría de empresarios tanto nacionales e internacionales que verán incrementadas sus ganancias no solo por el incremento de turistas sino por la explotación despiadada a la que las y los trabajadores y sectores populares se ven empujados en este sector.
Según la Organización Internacional del Trabajo, el sector turístico se caracteriza, entre otras cosas, por bajos salarios, largas jornadas laborales, una elevada tasa de rotación, una protección social limitada e informalidad laboral.
Por todos es conocido en Cozumel que con un solo trabajo no alcanza, muchas veces se debe trabajar doble jornada o tener 2 trabajos para lograr llegar a fin de mes debido a los salarios que muchas veces son inferiores al salario mínimo que marca la ley, la dependencia de propinas inciertas, de falta de un contrato, hacen que la precarización laboral en este sector facilite otros problemas de mayor preocupación que van desde la depresión, el consumo de drogas con el objetivo de escapar de la cruda realidad o la delincuencia como último recurso para conseguir dinero suficiente para llevar el pan a la mesa o pagar medicamentos y/o tratamientos médicos que muchas veces son inexistentes en los hospitales públicos de la isla o son muy caros en los hospitales privados como para poder adquirirlos.
Todo esto perjudica a la clase trabajadora y sectores populares, pero beneficia a un puñado de empresarios ya que, al brindar salarios de miseria pueden aumentar sus ganancias (sobre todo teniendo en cuenta que muchos dan salarios menores al mínimo ya que prefieren cargar la subsistencia de los trabajadores en las propinas que brindan algunos turistas), al no dar contrato por escrito es sencillo deshacerse de un trabajador ante cualquier eventualidad (flexibilización extrema) y pueden evitar el cumplimiento de derechos laborales (como por ejemplo los artículos 74, 75 y 87 de la misma Ley Federal del Trabajo por mencionar los casos más recurrentes en la isla).
En este sentido, el progreso y desarrollo económico que tanto se promete con este megaproyecto, solo será para una minoría empresarial, no para las personas de a pie, que con el sudor en su frente se ganan el pan de cada día, no será para la clase trabajadora y los sectores populares sino para la burguesía.
¿Cuál es la conclusión de todo esto?
Desde el gobierno federal se está impulsando este y muchos más megaproyectos de infraestructura en conjunto con el sector privado, mismo sector que se verá beneficiado económicamente a costa de la explotación despiadada de la clase trabajadora y sectores populares, la destrucción de la calidad de una vida digna y en detrimento del medio ambiente.
Al impulsar esto, el gobierno federal deja al descubierto su verdadero rostro, el de servidor fiel y garante de los intereses de la burguesía, en contra de la clase trabajadora y a favor del capitalismo.
El capitalismo supone la mercantilización de absolutamente todo, la burguesía se enriquece de ello a costa de la explotación del proletariado y a costa de la destrucción del medio ambiente, por tanto, es necesario oponerse férreamente a este 4° muelle, solo traerá beneficios para la burguesía a costa de una explotación brutal a las y los trabajadores y a costa de la destrucción del medio ambiente.
Nuevamente, al igual que como sucedía en los anteriores sexenios del PRI y del PAN, la clase trabajadora y los sectores populares serán los principales afectados que favorecerán a una minoría burguesa.
Sea PRI, PAN o MORENA, al ser partidos defensores del orden burgués, son el mismo perro con diferente collar, no importa que se hagan llamar distinto, en esencia son lo mismo. Para acabar con esto un nuevo poder debe llegar, uno que no coloque las ganancias de una minoría a costa de la explotación de la mayoría y la destrucción del medio ambiente, pero para ello es necesario acabar con el capitalismo, porque como bien podemos ver en la realidad y como bien decía Karl Marx:
“El capitalismo tiende a destruir sus dos fuentes de
riqueza: La naturaleza y los seres humanos”
- Karl Marx
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