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La ley del ISSTEY, un golpe más a los trabajadores del Estado

Por: Lorena Rosel.



Mérida, Yucatán, Congreso del Estado. El pasado 21 de julio de 2022, se llevó a cabo una de las mayores agresiones contra los trabajadores del Estado, con una actuación propia de esperarse del gobernador en turno Mauricio Vila, en complicidad con los diputados que lo elogian, y con un discurso manipulador, tendencioso y las conocidas viejas prácticas de la utilización del circo mediático, para hacer creer a la población que se toman en cuenta los intereses de los trabajadores y sus derechos cuando es todo lo contrario, se terminó por darle luz verde a la ya previamente aprobada reforma del ISSTEY.


Después de meses de propaganda gubernamental alimentando el miedo y la incertidumbre entre los trabajadores, y con 17 votos a favor, se conoce esta nueva reforma anti-obrera, creada para perjudicar y pauperizar aún más las condiciones de los trabajadores del sector público.


Se estableció que la edad del retiro será ahora hasta los 65 años, se incrementó la antigüedad para la jubilación a 35 años de servicio, aumentó el porcentaje de las aportaciones del trabajador a su pensión del 8 % a 15 %, un alza de casi el doble sin tomar en cuenta que el nivel de ingresos no ha aumentado considerablemente y en la misma proporción que, comparado con la tasa de inflación, resulta en un decremento del poder adquisitivo.


Las pensiones y los incrementos salariados a los trabajadores que se jubilarán con esta ley quedan en el limbo, puesto que el instituto de seguridad no pudo precisar qué significa ese salario de referencia que menciona y cuál será el tope para jubilación, teniendo un incremento anual con relación al índice de precios y cotizaciones al igual que la Unidad de Medida de Actualización (UMA). De igual forma, esta reforma anti-obrera reducirá las pensiones por viudez al 50% pasando los 6 años del fallecimiento del trabajador, vulnerando con ello a sus familias.


De nada sirvieron los intentos de la “oposición”[1] de suavizar la reforma a la ley del ISSTEY, puesto que la mayoría en el congreso pertenece al mismo partido del promotor de la iniciativa, el gobernador en turno, Mauricio Vila, que, con la mayoría representante en la Cámara de Diputados goza con un amplio margen de maniobras para rechazar o aprobar iniciativas.


Como era de esperarse, el recinto donde se llevaría a cabo el golpe más reciente a los trabajadores del Estado fue ocupado por paleros dispuestos a defender la reforma anti obrera, de la misma forma que un perro a su dueño. Al igual que las dirigencias sindicales, se pronunciaron a favor de esta nueva ley, confirmando con ello el carácter de clase de la dirigencia, incondicionalmente del lado de la patronal.


Por su parte, en las afueras de las instalaciones del poder legislativo, varios grupos de trabajadores se organizaron para tomar las vías del periférico exponiendo sus propias vidas, demostrando con ello la inconformidad de la base, ante estas medidas que la patronal ha impuesto. El jueves 22 de julio del año dos mil veintidós, será recordado como un día de luto para miles de familias yucatecas quienes no tendrán una jubilación digna, y verán aumentado sus años de servicio, con el pretexto de ser una carga para las arcas del Estado.

[1] Que, aunque de diferente partido, sirven a la misma clase: la burguesa.

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