Por Aydé Carrillo
El 16 de julio del 2020 el gobernador de Yucatán Mauricio Vila, anunció diversas medidas restrictivas que, en su opinión, contribuiría a reducir el riesgo de contagio de Covid-19 en toda la entidad. En esta ocasión mencionaremos la Restricción de movilidad en el estado que inició la fecha antes mencionada. El horario restrictivo iniciaba, al principio, a las 10:30 de la noche concluyendo hasta las 5:30 de la mañana, en la zona costera a partir de las 9:00 de la noche hasta las 5:00am. Esta medida contempla algunas excepciones relacionadas con vehículos que transporten enfermos, ambulancias, vehículos que transporten medicina, vehículos que presten servicios funerarios o de algún otro servicio considerado necesario para el funcionamiento de los hospitales y la comunicación.
Esta medida de inmediato derivó en un caos organizativo, pues los horarios obligaban a los vehículos del transporte público a dejar de prestar el servicio una o dos horas antes para que los trabajadores del transporte pudieran tener el tiempo necesario de limpiar las unidades, cargar gasolina y devolverlas antes del horario restrictivo. Mientras que los trabajadores que hacen uso de este servicio se vieron afectados de manera directa, pues durante toda la primera semana se dieron diversos casos en los que el trabajador o la trabajadora que no alcanzó transporte se vio en la necesidad de ir caminando hasta su casa, algo que es sumamente peligroso y absurdo.
Durante las primeras semanas se dieron a conocer estas inconformidades a través de redes sociales en todo el estado. Ante esta situación el gobierno del estado exhortó a los patrones a que cierren antes los centros laborales con la intención de que los trabajadores pudieran salir y alcanzar el nuevo horario de transporte público. Esto provocó que los camiones se abarroten hasta el máximo de su capacidad después de las 8:00 pm ante la posibilidad de que si no se aborda ese último camión el trabajador o la trabajadora tendría que caminar hasta su casa.
Ante esta dificultad el 16 de septiembre se redujo el horario de restricción vehicular, siendo el nuevo horario restrictivo de las 11:30 pm hasta las 5:30 am. Sin ninguna sanción a quienes transitaran fuera de este horario respetando los puestos de control y el cierre de calles que se llevó a cabo a través de conos de prevención.
Sin embargo, ante la movilidad nocturna de las personas durante el horario de la restricción el 28 de enero esta medida se modifica nuevamente y el gobernador Mauricio Vila, con la intención de “legitimar” su medida absurda, adiciona a esta una tabla de sanciones en la que se menciona como “infracción grave” el tránsito vehicular fuera del horario permitido. Señalando que el infractor puede ser multado o se le podría retener su vehículo. Este cambio entró en vigor el día 29 de enero de 2021 y de acuerdo a informes de la SSP esa noche se multaron a 60 personas por infringir la restricción.
Esta medida ha sido cuestionada en múltiples ocasiones entre la población debido a que nunca se mencionó una relación clara entre los horarios de movilidad y los riesgos de contagio por Covid-19. No se presentaron estudios que demuestren que los contagios se dan con mayor frecuencia en los horarios de la restricción. No hay manera en la que el gobierno del estado pueda demostrar los contagios prevenidos a través de esta medida, pues su única excusa es que en ese horario es en el que se llevan a cabo las fiestas y salidas nocturnas de los y las jóvenes.
Por el contrario, han sido múltiples y sistemáticas la expresión de las afectaciones que los trabajadores y trabajadoras han sufrido con esta medida. Desde mayor exposición a sufrir algún tipo de acoso o agresión a altas horas de la noche por tener que caminar hasta sus casas, así como hacer uso del servicio de Uber por parte de los trabajadores que en su desesperación buscan alzar el último transporte que sale del centro hasta sus colonias.
“Diario voy a Altabrisa (plaza comercial) por tres muchachos que trabajan como cocineros y meseros en un restaurante ahí. Tengo que llegar por ellos a las 9:00pm en punto porque si no llego o si ellos no alcanzan a salir a esa hora de su trabajo ya no alcanzan su camión del centro hasta su casa, ellos viven hasta Xmatkuil (Al lado opuesto de su centro de trabajo) y si no lo alcanzan pues tienen que pagar más de 100 pesos de Uber hasta allá. Si sólo de Altabrisa al centro son 70 pesos diario, claro que son 3 pero aun así es bastante, si haces cuentas a la semana es mucho dinero y si tienen que pagar hasta su casa es muchísimo y con esto de que solo pueden ir tres personas en el carro pues solo puede ser entre ellos tres. Una vez me tocó llevarlos hasta Xmatkuil, me dio pena dejarlos en el centro porque no alcanzaron su camión, pero como está muy lejos de regreso me pararon los policías, les tuve que decir que fui a llevar a un enfermo y que ya me iba a mi casa, la patrulla me siguió hasta mi casa a ver si era cierto que ya me iba a meter, solo por eso no me levantaron una multa, sino por hacer un favor me iba a salir más caro a mí. Y es que los muchachos me dicen que ya le han pedido al dueño que les deje cerrar, aunque sea media hora antes para que les dé tiempo de terminar y alcanzar su camión, pero les dijeron que no se puede porque a esa hora todavía hay gente consumiendo. A veces uno de sus compañeros que vive ahí cerca y se va caminando a su casa les apoya y les dice que se vayan cuando se atrasan y él se queda a cerrar y a lavar todo, pero pues no puede ser siempre, porque también es mucho quedarse a hacer todo el trabajo él solo. Pero pues así más o menos le van haciendo Es una medida que no tiene sentido, solo está para fregar” comentó una trabajadora de Uber.
El 4 de febrero productores de la comunidad de Ixil se manifestaron frente al palacio de gobierno exigiendo una solución a las afectaciones que viven debido a la restricción vehicular. Pues les impide entrar en tiempo adecuado para llegar a la central de abastos de la ciudad de Mérida para comercializar su producto. “Nos tiene dañado el horario que está decretado, con eso de que quiten los conos para pasar a las 5 de la mañana desde Chicxulub Pueblo, tenemos un atraso de 40 o 45 minutos (…) perdemos, no alcanzamos a los clientes adecuados, se tiene que mal vender y no podemos aguantar un producto, esperando a ver si hay gente que compre”, manifestó José Tejero Poot productor[1] de Ixil.
A pesar de que su producto es para consumo humano no entra en la categoría de “esencial” que contempla la ley de restricción. Así como este caso se pueden enumerar muchos más de productores del interior del estado que proveen de alimentos en la capital. Estos pequeños productores se ven en desventaja ante los monopolios agrarios que cuentan con los vehículos y la compra segura de los supermercados para comercializar sus mercancías. Pues ellos tienen que llegar a la ciudad y ofrecer su producto en la central de abastos con la esperanza de encontrar compradores y llegar tarde a este espacio los pone en mayor dificultad de vender su producción.
La actitud de Mauricio Vila en este caso es lamentable, pues en apariencia implementa medidas para combatir las afectaciones de la pandemia, pero estas al no tener fundamento alguno únicamente sirven para afectar la movilidad de las trabajadoras y trabajadores que tienen que salir a cumplir con sus jornadas laborales. Estas afectaciones no las escucha ni las ve porque no se trata de afectaciones a los empresarios. Pues fue muy claro cuando los empresarios de los restaurantes y bares se sentaron a dialogar con él le exigieron que autorice la apertura de todos los negocios y simplemente aceptó sin ninguna reserva. Ahora que son los trabajadores y trabajadoras que están siendo afectados hace oídos sordos como buen administrador de los intereses de la clase opresora.
[1] El texto original de este artículo fue publicado por la Agencia Quadratín en la siguiente dirección: https://yucatan.quadratin.com.mx/municipios/solicitan-productores-de-ixil-modificacion-a-la-restriccion-de-movilidad/
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