Por Guillermo Uc
El número de casos de COVID-19 en Yucatán va en aumento. Desde mediados de mayo, las cifras al respecto han ido en franco crecimiento, hasta llegar el punto en el que la entidad se encuentra en el orden de alrededor de 300 casos nuevos casi a diario. Para el momento en que se escriben estas líneas, en Yucatán existen más de 48,500 casos activos de COVID-19 y, hasta la fecha, han muerto más de 4,200 personas, la mayoría de ellas pertenecientes a la clase trabajadora.
La tendencia al alza en el número de contagios es alarmante. El día 30 de mayo cerró con 88 nuevos casos; dos días después, el 1 de junio, con 220 casos; el 9 de junio, 265; el 12 de junio, 346; el 18 de junio, 328, el 20 con 334, el 26 de junio con 365 y el 7 de julio con 310 casos nuevos. Es más que evidente que nos enfrentamos, desde hace varias semanas a la tercera ola de la pandemia, aun cuando solo hasta hace apenas unos días el gobierno federal reconoció dicha situación, tratando de evitar que se asociara este repunte con la celebración de los recientes comicios electorales.
Por lo tanto, en lo general, la tan temida y esperada tercera ola es responsabilidad de todo el Estado burgués mexicano, y en lo particular, en el caso de Yucatán, la responsabilidad de esto es, principalmente, de todos y cada uno de los partidos de la burguesía y del gobierno de Mauricio Vila que, sin importarles en lo más mínimo la salud de la clase trabajadora, permitió que las pasadas elecciones y las campañas previas se realizaran a sus anchas, desdeñando cualquier medida de distanciamiento social que evitara aumentar los contagios.
A pesar de la hipocresía de Mauricio Vila y de sus empleados como Mauricio Sauri Vivas, que intentan traslapar la responsabilidad de la situación a la juventud, es más que claro que la culpa es de la clase burguesa a la que ellos representan y sirven ya que, desde el inicio de la pandemia, no hicieron nada para garantizar la seguridad de las y los trabajadores, sino que dieron luz verde para que su misma clase arrastrara a la nuestra a las orgías de cinismo que son las farsas electorales.
Y aunque no fue sólo en Yucatán que se realizaron las elecciones, y aunque la clase que nos explota es la misma en todo el país y en el mundo, si uno compara el ascenso de contagios de Yucatán con el resto del país, se dará cuenta que nuestro estado es uno de los más golpeados por la tercera ola. De hecho, este escenario es común en toda la Península.
Desgraciadamente, esta tendencia no parece modificarse ya que, aunque el gobernador Vila se apresure a cerrar bares y otros establecimientos (en su manía enfermiza de querer asociar la tercera ola con la juventud), el daño ya está hecho y las consecuencias ya se están percibiendo.
Comentarios