Por: Carlos Suárez.
Episodios de violencia tan lamentables, como el acontecido el sábado 5 de marzo durante el partido entre los equipos de Querétaro y Atlas, no pueden explicarse solamente a partir de una aludida decadencia moral en la sociedad o del despertar espontáneo de una suerte de bestialidad innata entre los hombres que juegan y se apasionan por el fútbol. Como interpretaciones de la realidad, ambas explicaciones se quedan en la superficie del fenómeno sin penetrar en su verdadera esencia. Y como tal, ambas son perfectamente útiles para esconder el negocio de la violencia que subyace bajo acontecimientos como este.
Empezaremos desmintiendo las acusaciones vertidas hacia los aficionados del fútbol, a quienes ciertos grupos han tachado ya de violentos y asesinos por igual. Semejante acusación no puede sostenerse si se da un vistazo a las grabaciones del suceso. En ellas, es evidente que se trata de una minoría de personas la que inicia los altercados. En específico, puede verse a una parte de la afición del Atlas y del Querétaro provocarse mutuamente hasta llegar a la violencia. Sin embargo, son más bien aficionados del Querétaro a quienes se ve yendo de un lugar para otro, y quienes, con sillas, cinturones y botellas, ejercieron las agresiones tan brutales que han estado circulando por redes sociales. Más allá de ellos, nos encontramos a la gran mayoría de la afición de ambos equipos sumida en la desesperación ante la violencia que se gestaba a su alrededor. Vimos a familias enteras escapando con sus hijos, a padres y a novios recibiendo golpes para proteger a sus seres queridos, así como en redes una gran cantidad de usuarios señala haber sido ayudados por aficionados del equipo contrario para refugiarse y huir de la violencia. Dicho todo esto, no podemos tragarnos el cuento de que los aficionados al fútbol son, en general, unos gorilas sedientos de violencia listos para moler a golpes a quien se le ponga en frente.
¿Quiénes son, entonces, los verdaderos responsables de las brutales palizas que vimos? Esa minoría de aficionados que se ve iniciando el caos han sido identificados como miembros de las porras más radicales de ambos equipos. De entrada, se trata, pues, de grupos para los que el ejercicio de la violencia forma parte de su actividad en los estadios. A estos grupos se les conoce bajo el nombre de barras bravas. Y, detrás de ellos, se encuentran millonarios intereses de clase que atraviesan a los propietarios de los equipos deportivos, a los dueños de los estadios, a los patrocinadores, a funcionarios del Estado y a altos mandos en el fútbol nacional e internacional.
Las barras bravas en México
Podemos rastrear el origen de las barras bravas en México hacia finales de la década de 1990. El empresario argentino Andrés Fassi ha sido ubicado como uno de los mayores promotores de estos grupos en el país, que ya tenían historia en Argentina previamente. En 1996 se fundó la barra Ultra Tuza en el club Pachuca, en el centro de México. El modelo se empezó a replicar en otros equipos como las Chivas de Guadalajara con la llamada Legión 1908; en los Pumas de la UNAM, nació La Rebel; y en América, la barra Monumental.
La Resistencia, de los Gallos de Querétaro, y La 51, del Atlas, son dos de las hinchadas más radicales y peligrosas del fútbol mexicano. Los primeros fueron protagonistas de otro lamentable episodio en octubre de 2019, cuando sus aficionados comenzaron una batalla en las gradas contra los hinchas del Atlético de San Luis, franquicia del Atlético de Madrid en México. Esa vez solo hubo una amenaza de cierre del campo por parte de los altos mandos del fútbol mexicano y después volvieron a la normalidad. De manera similar, en 2014, el hoy fallecido dueño de las Chivas, Jorge Vergara, vetó a su propia barra por peleas con policías dentro del campo, aunque la medida se eliminó un año más tarde.
El modus operandi de las barras bravas
Al igual que distintos grupos similares, en las barras bravas existen jerarquías. Son los miembros de más alto nivel quienes reciben pagos por el club al que apoyan, tanto por parte de sus dirigentes, de los jugadores, o en determinadas ocasiones incluso comisiones por distintos negocios, o por la venta de algún jugador.
Otras actividades que se pueden mencionar son la reventa de entradas. Por eso, en ocasiones, hay estadios con boletos agotados, pero con una gran cantidad de asientos vacíos; esto es porque no logran vender todos los boletos al exorbitante precio que piden. En segundo lugar, se encuentra la venta de productos del equipo, tanto de forma legal siendo empleados en las tiendas oficiales o de forma ilegal por internet. En tercer lugar, ejerciendo el cargo de seguridad privada y determinando quién entra y quién no. Esto permite explicar el comportamiento de complicidad de los encargados de seguridad durante el partido entre Atlas y Querétaro, tal y como se ha estado reportando en redes sociales. Por último, podemos mencionar la venta de drogas en las inmediaciones del estadio. En cuanto a esto último, sobra mencionar el vínculo con el narcotráfico. Entre las hipótesis manejadas hasta ahora para explicar esos altercados, se informa que uno de los barristas de Querétaro es líder de una banda que roba combustible, de huachicoleros, y que llevó a sicarios para enfrentarse a un rival suyo de la Barra 51 del Atlas, quien estaría presuntamente ligado con el Cártel de Jalisco Nueva Generación. Tal hipótesis suena factible si pensamos en el nivel de violencia ejercido por los barristas del Querétaro, y que no tuvo respuesta semejante por parte de los barristas del Atlas.
Se produce así, una alianza entre los dirigentes, los jugadores y las barras bravas que resulta muy difícil de romper. Cuando este sucede, resulta imposible deshacer lo pactado. Lo que comienza como una “cooperación amistosa” en beneficio del club termina siendo una verdadera pesadilla para dirigentes y jugadores. Al no cumplir con pagos o viajes, o con entregar el último uniforme del club, las barras bravas sacan su lado más violento y extorsionan a algunos de los dirigentes y/o jugadores con amenazas hacia su seguridad y/o a la de sus familias. Pero, a pesar de todo esto, por lo general, los negocios mutuos suelen mantenerse para provecho de sus distintas partes por largo tiempo.
El lumpenproletariado como fuerza de choque
Los integrantes de las barras bravas son en su mayoría hombres cuya edad ronda los 20 años para los puestos más bajos, y 35 para los jefes, quienes suelen tener una determinada cantidad de años de antigüedad en el grupo. Otro aspecto a mencionar es que son hombres desocupados, de baja escolaridad y que provienen de entornos llenos de violencia, drogas y alcohol. Frente a las pocas oportunidades que se les presentan y gracias a sus conocidos, les resulta más fácil ingresar a alguna de las barras bravas del barrio en donde viven.
Esto viene a confirmar lo que Marx y Engels señalaban ya desde mediados del siglo XIX: que los sectores más empobrecidos y marginados de la propia producción capitalista son fácilmente utilizados por la burguesía como fuerza de choque. Y, como sabemos, esto no se reduce al deporte, pues en numerosos casos documentados, las fuerzas del Estado recurren a jóvenes con esas características para intimidar, reprimir y perpetrar asesinatos contra quienes consideran amenazas a sus intereses.
Un problema internacional
Las barras bravas, aunque con diferente nombre, existen en todo el mundo. En distintos países han existido desde hace mucho más tiempo, y con episodios de violencia mucho más brutales incluso. En Argentina, por ejemplo, han muerto cerca de 200 personas en actos relacionados con las barras bravas desde que estas despegaron en la década de 1970, sumándose en promedio unos 6 muertos cada año.
Pensar que se trata de un problema aislado, que sólo sucede en México y con un equipo en específico, sería caer en conclusiones erradas. Conclusiones que, no obstante, permiten mantener oculto el negocio y las alianzas que existen entre autoridades, altos mandos del fútbol, narco y barras bravas. Acechando cada partido de fútbol se encuentra la posibilidad de estallidos de violencia que dañen y/o arrebaten la vida de mujeres, hombres e infantes que solo deseaban pasar un rato agradable. Y esto ocurre no porque a la afición le hagan falta valores o un curso de nuevas masculinidades, sino porque existe el soporte y el interés económico de una minoría que impulsa y permite episodios tan lamentables. La disolución del Querétaro y la remoción de México como sede de la Copa Mundial 2026, aunque representarían un golpe a las ganancias de los burgueses involucrados en el negocio del fútbol en México, de ninguna manera esto resuelve ni resolverá nunca el problema de fondo. Pero, por el contrario, existirían potenciales beneficios para los burgueses de otros países ansiosos de acoger el Mundial de 2026 para su provecho propio y el de las barras bravas de sus respectivos equipos.
¿Pero qué podemos esperar, a final de cuentas, del deporte bajo la égida del capitalismo? Bajo el imperio del capital, el deporte es convertido, al igual que cualquier otra esfera de la vida humana, en un negocio más, que nada de limpio tiene. Corrupción, sobornos, "accidentes" laborales, tráfico de drogas, abuso sexual, explotación, violencia pagada y organizada. Todo permitido y/o fomentado para el bien de las millonarias fortunas que de este negocio se obtienen, para los dueños de los equipos, para los dueños de los estadios, para los patrocinadores… para la burguesía, pues.
Fuentes:
https://www.futboltotal.com.mx/futbol-mexicano/el-origen-de-las-barras-en-el-futbol-mexicano-andres-fassi-y-su-desarrollo/2022/03?fbclid=IwAR3EX0YAkw5SMTTnYXl1V_1hf2p7KBRETpWmNYth297JgMDO5UZKfbMGH1Y
https://elpais.com/deportes/2022-03-06/las-porras-herencia-de-las-barras-bravas.html?fbclid=IwAR0AEpJnXgDE9zl9R0wZnYTZKAwujacaBW7f_7SnM-yMZ6MKrjrddijbgGM
https://elcomercio.pe/deporte-total/futbol-mundial/mexico-tragedia-en-queretaro-narcobarras-o-viejas-rencillas-las-posibles-razones-detras-de-la-batalla-campal-entre-barristas-de-queretaro-fc-y-atlas-liga-mx-rmmd-dtcc-noticia/?ref=ecr
https://losaficionados.com.mx/2021/06/el-negocio-de-las-barras-bravas-la-industria-de-la-animacion/
https://www.abc.es/deportes/abci-barras-bravas-muertos-negocio-201207150000_noticia.html
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