Por Chak Sáastal
A principios de septiembre del presente año, empresarios del sector restaurantero ubicados en el malecón del municipio de Cozumel, Quintana Roo, solicitaron un permiso al gobierno municipal encabezado por Pedro Joaquín Delbouis con la finalidad de colocar terrazas provisionales en mitad de la calle con el argumento de reactivar la economía local y apoyar a la ciudadanía.
Dicho permiso fue concedido por lo que los empresarios restauranteros pusieron manos a la obra para iniciar el funcionamiento de dicha modalidad.
El Director de Desarrollo Urbano, José Eduardo Becerra Ruiz, aseguró que dicha iniciativa fue aprobada ya que ayudaba a la reactivación de la isla. También aseguró que dicha modalidad se llevaría a cabo como un Plan Piloto que duraría hasta el mes de diciembre y que la colocación y funcionamiento de las terrazas provisionales no tendría ningún costo para los empresarios.
Cabe analizar esta cuestión de manera detenida, sobre todo en una ciudad dependiente del sector turístico como lo es la isla de Cozumel.
Tras el inicio de la pandemia, la isla de Cozumel, al igual que otros destinos turísticos nacionales e internacionales, fueron de los más afectados, razón por la cual la crisis económica se hizo presente con mayor intensidad en estos destinos.
Con la baja del sector turístico y el desempleo, muchos personas, en su mayoría provenientes de la clase trabajadora y los sectores populares, se han visto en la necesidad de recurrir a la labor en las calles, es decir, volverse trabajadores ambulantes con la finalidad de llevar el pan de cada día al hogar y poder subsistir los estragos de la crisis, sin embargo, las fuerzas municipales se han encargado de reprimir y multar a dichos trabajadores asegurando que no cuentan con un permiso para laborar en la vía pública.
Esto es algo contradictorio ya que a los grandes empresarios restauranteros les dan oportunidad de colocar, sin costo alguno, terrazas provisionales en mitad de la calle, obstruyendo en gran medida el tráfico de vehículos en la avenida principal del municipio mientras que a los trabajadores ambulantes, con un triciclo, una pequeña mesa en la banqueta y a veces sin nada, sin ocupar la calle y sin afectar el tráfico vehicular, se les reprime y se les multa.
El argumento inicial de los empresarios para colocar dichas terrazas provisionales en la vía pública fue la reactivación económica y la ayuda a la ciudadanía en general, sin embargo, hoy en día, en pleno mes de diciembre, esa reactivación económica parece haberse estancado en los bolsillos de unos pocos, el desempleo en el municipio sigue siendo un problema cotidiano al igual que la criminalidad que ha ido incrementándose. El gobierno municipal deja en claro su papel al servicio de la minoría empresarial al brindarle apoyos de todo tipo mientras que a los trabajadores y sectores populares que se han visto obligados a laborar de manera informal en la vía pública se les reprime.
Con este panorama se deja en claro que, en tiempos de crisis del capitalismo, la lucha de clases se hace más intensa, la burguesía siempre usará cualquier excusa para incrementar sus ganancias y cargar el peso de la crisis sobre los trabajadores y sectores populares tal y como lo ejemplifica la reactivación económica para la burguesía restaurantera y la represión a los trabajadores ambulantes.
En estos tiempos de crisis, muchos hablan de reactivación económica y oportunidades, pero cabe preguntar: ¿Para qué clase?
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