Por Cristóbal León Campos A pocos meses de cumplirse el centenario de fundación de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y 48 años del asesinato del líder y asesor obrero Efraín Calderón Lara, conocido como “Charras”, una iniciativa ha surgido para que su nombre y trayectoria sean reivindicadas por dicha institución, de la cual era pasante de leyes al momento de ser secuestrado la noche del 13 de febrero de 1974, por esbirros del gobierno del Estado, encabezado por Carlos Loret de Mola.
Efraín Calderón Lara fue ultimado la madrugada del 14 de febrero de ese año, después de haber sido torturado y castrado, su cuerpo fue abandonado a un costado de la carretera que conduce al municipio de Felipe Carrillo Puerto, en el estado de Quintana Roo. Tres días después, su cadáver fue hallado por un campesino que pasaba por la zona rumbo a sus labores, la noticia terminó de despertar la inconformidad social que ya se había manifestado a través de una serie de movilizaciones obreras-estudiantiles, siendo que a partir de entonces se declaró la huelga general en toda la Uady, el Instituto Tecnológico de Mérida y muchos más centros escolares de todos los niveles, además de que los 9 sindicatos independientes fundados a raíz de la asesoría y apoyo del estudiantado se declararon en paro y se mantuvieron en pie de lucha durante los meses que duró la huelga.
El “Charras” llevaba antes de su asesinato ya varios años acompañando las reivindicaciones laborales del proletariado yucateco de varios ramos de la industria, la educación, el comercio y los servicios, gracias a su asesoría y la solidaridad de estudiantes organizados en el Frente Cultural Estudiantil “Jacinto Canek” y de militantes de la juventud comunista, se fundaron 9 sindicatos independientes que dieron luz a las precarias condiciones de trabajo de los obreros-obreras, que laboraban bajo una aguda explotación y una sistemática violación de sus derechos establecidos en la Constitución mexicana.
La vida de Efraín Calderón Lara encarna los valores y principios fundacionales de la Uady, mismos que fueron legados durante el periodo socialista de Felipe Carrillo Puerto, la naturaleza proletaria-popular de la universidad fue reivindicada por el “Charras” y por las mujeres y hombres que junto a él lucharon, su asesinato cometido por el gobierno de Carlos Loret de Mola en contubernio con la burguesía yucateca se inscribe en los crímenes de la Guerra Sucia mexicana. Su nombre ha sido negado durante décadas, no se enseña en la misma universidad su historia y legado, y cuando los militantes del movimiento obrero-popular pusieron su nombre al teatro de la universidad, éste fue borrado por las autoridades. La misma Alma Mater fue agredida en diversas ocasiones, particularmente el 16 de febrero de 1974, cuando fue baleada por elementos de la policía y el ejército, algo que aún sigue impune y no se ha efectuado acto de desagravio alguno.
Ahora, el Centro de Estudios e Investigaciones Sociales y Culturales “Efraín Calderón Lara”, fundado para honrar su memoria, ha enviado al rector de la UADY una misiva solicitando se instale una placa y un busto de Efraín Calderón Lara, como un acto de reivindicación ante tanto desagravio e injusticia. Por todo lo anterior, como sociedad y como universitarios, debemos apoyar dicha iniciativa para dar luz a la historia negada de la universidad y para que la “justicia se siente entre nosotros”.
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