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Sindicatos de protección y sindicatos clasistas

Por Manuel Mejía


Históricamente, los sindicatos han servido para defender al proletariado de los embates de la patronal. Sin embargo, actualmente la mayoría de los sindicatos no defienden los intereses de las y los trabajadores, sino de los patrones.


A pesar de ello, todavía existen ciertos sindicatos clasistas y revolucionarios que sí cumplen con su función, o sea, defender al proletariado. Hay saber identificar los diferentes tipos de sindicatos que existen en México para conocer su composición y saber cuáles hay en nuestros centros de trabajo.


Dependiendo de si defienden a la patronal o si defienden a las y los trabajadores, podemos clasificar a los sindicatos de la siguiente manera:


Sindicato blanco o de protección: es el tipo de sindicato servil a los patrones, utilizado para defender sus intereses frente a los de los trabajadores. El patrón se apoya en las direcciones de dichos sindicatos y éstas, a su vez, se encuentran bajo las órdenes del patrón, trabajando para que el contrato colectivo de trabajo de la empresa en cuestión sea favorable para el patrón y, en consecuencia, perjudicial para los derechos de los trabajadores. En lugar de defender los derechos del proletariado, estos sindicatos sirven para proteger al patrón (de ahí su nombre). De igual forma, los patrones siempre buscan que sean estos sindicatos los que tengan la titularidad de los contratos colectivos de trabajo, evitando que los sindicatos clasistas los consigan. De darse el caso, la junta de conciliación y arbitraje solo reconocerá al primero, y al segundo lo considerará nulo.


Sindicato amarillo: son los sindicatos que, en lugar de apoyar abiertamente a la patronal, venden la idea de que es posible conciliar los intereses de los trabajadores y de los patrones y de buscar la “armonía” entre ambos. Sin embargo, al ser ambos intereses irreconciliables, en una situación de conflicto, por lo general, las direcciones de estos sindicatos terminan cediendo a las exigencias de los patrones y, en consecuencia, perjudicando los derechos del proletariado. Los oportunistas y la socialdemocracia se apoyan casi siempre en estos tipos de sindicatos, ejerciendo su rol de confundir a la clase obrera.


Sindicato clasista: es el sindicato que defiende abiertamente los intereses de la clase obrera. Consciente de que los intereses entre la burguesía y el proletariado son irreconciliables. Estos sindicatos siempre presionan para arrancar concesiones a la patronal en aras de mejorar las condiciones salariales y de trabajo de la clase obrera. Los métodos de lucha por excelencia de estos sindicatos son las huelgas, las marchas y protestas, cualquier iniciativa que suponga asestar un golpe a la obtención de ganancias de los patrones y, así, forzarlos a aceptar sus exigencias. A su vez, estos sindicatos buscan fortalecer el sentimiento de unidad entre toda la clase trabajadora, mostrando su apoyo y solidaridad al resto de luchas que las y los trabajadores lleven a cabo en diferentes centros de trabajo, sin importar la rama laboral a la que pertenezcan, creando redes de comunicación con otros sindicatos, fomentando la colaboración y la unidad, tanto antes como durante y después de la lucha.


Ahora bien, luego de conocer a grandes rasgos las características de los tipos de sindicatos existentes, surge la pregunta: ¿Qué tipo de sindicatos debemos buscar conformar? Cómo trabajadores y trabajadoras debemos luchar por la conformación de sindicatos que defiendan nuestros intereses y luchen por nuestros derechos laborales. Por lo tanto, estos son los sindicatos clasistas, en donde seamos las y los trabajadores quienes dirijamos los mismos.


¿Quiere decir que debamos abandonar la solidaridad con las y los trabajadores de los sindicatos blancos y amarillos? No, todo lo contrario. Se debe buscar la unidad con la clase trabajadora, sin importar a qué sindicato se encuentre afiliada. Debemos procurar el acercamiento con aquellos trabajadores que, mediante los sindicatos blancos o amarillos, se encuentren bajo el yugo de los patrones. Debemos impulsar a los trabajadores que, dentro de esos sindicatos, comprendan que no es posible conciliar los intereses de su clase con los de la burguesía e impulsarlos a tomar la dirigencia de esos sindicatos para transformarlos en sindicatos clasistas.


La unidad entre la clase trabajadora debe ser en todo momento la principal bandera que debemos alzar. De esta forma, podemos golpear juntos contra la patronal e irle arrancando concesiones. No hay que titubear ante ello ni dejarnos engañar pensando que podemos llegar a un estado de “armonía” con nuestros enemigos de clase. Nunca hay que olvidar que, para la patronal, solo representamos un número. Para ellos, somos desechables en cualquier momento. La actual situación de pandemia nos da ejemplos claros de ello, recordemos cuántos de nosotros y nosotras fuimos despedidos o enviados a nuestras casas sin un salario con solo la mitad de nuestro sueldo, lo que fue una maniobra de los patrones para reducir sus pérdidas lo más que pudieron, a costa de nosotros.


Como clase trabajadora, como clase explotada en el capitalismo, somos los que movemos la economía del mundo, los que generamos toda la riqueza y somos quienes, si nos paramos, se detiene todo, incluidas las ganancias de la patronal. Que esto sirva como recordatorio para que no dudemos de que podemos obtener mayores ventajas económicas para nuestra clase, pero que no se nos otorgarán milagrosamente sin pelear, sino que debemos librar la lucha contra la patronal para conseguir lo que, por derecho, nos pertenece.





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