Por: Guillermo Uc.
En los últimos años, en diferentes países, contrario a lo visto en décadas pasadas, hay un creciente interés de los Estados burgueses por legalizar la marihuana, utilizando para ello toda clase de palabrería, desde discursos pseudo-progresistas que apelan a las “libertades individuales”, hasta argumentos supuestamente científicos de dudosa credibilidad.
Es increíble cómo, con tanta facilidad, se propagan mitos alrededor del consumo de la marihuana, como que ésta no genera adicción o que sirve como tratamiento para problemas mentales. Es cierto que la ciencia también está atravesada por los intereses de clase y que, por lo general, los descubrimientos científicos están al servicio de la clase dominante. Sin embargo, en ocasiones, dichos investigaciones contradicen los discursos oficiales de la burguesía. Incluso, estos hallazgos pueden llegar a tener más credibilidad y desenmascaran lo absurdo de las ideas dominantes.
El primer mito alrededor de la marihuana es que ésta no produce adicción o, en todo caso, menos que otras drogas como el alcohol. Incluso si esto fuera cierto, no deja de ser un problema grave. Según el National Institute on Drug Abuse (NIDA), el 30% de sus consumidores desarrollan el trastorno por consumo de marihuana, que tiene como efectos “irritabilidad, dificultad para dormir, problemas de estado de ánimo, menos apetito, deseos intensos de la droga, inquietud o varias otras formas de molestias físicas”.[1] Y aunque, según el estudio, estos efectos duran hasta dos semanas, una gran parte de ellos no logra superar ese periodo y recae en el consumo.
Otra mentira sin ningún tipo de evidencia científica que la avale es que, quienes padecen algún trastorno mental, como depresión o ansiedad, pueden usar el consumo de marihuana como tratamiento “alternativo” para ello. Sin embargo, una investigación realizada por la Universidad de Queensland en Australia, con una muestra de 3 mil participantes, determinó que la mejoría en estos males es mínima y dura pocas semanas. Por el contrario, Scott Krakower, del Hospital Zucker Hillside de Nueva York asegura que el consumo de marihuana puede ser un factor determinante para desarrollar psicosis, especialmente en pacientes con antecedentes familiares con el padecimiento.[2] Por su parte NIDA también menciona que los químicos presentes en el cannabis “afectan las regiones del cerebro que influyen en el placer, la memoria, el pensamiento, la concentración, el movimiento, la coordinación y la percepción del tiempo y el espacio”.[3]
Wayne Hall, de la Universidad de Queensland, de manera muy certera, mencionó que “los medios de comunicación han sido poco críticos con las afirmaciones hechas sobre el cannabis medicinal por las empresas de cannabis que lo producen y comercializan”.[4] Este es el meollo del asunto. La razón por la cual hay un mayor interés por blanquear el consumo de marihuana, promoverlo con tanta parafernalia “progresista” y regular su producción tiene que ver más con razones económicas que ideológicas. Y es que los monopolios han encontrado una gallina que pone huevos de oro en el negocio de la producción de la marihuana, que hasta el momento ha sido casi exclusivamente terreno de los cárteles de la droga.
Gente que incluso osa llamarse “anticapitalista” no alcanza a ver esta conexión. Se entusiasman con el hecho de que los Estados burgueses como el mexicano estén fallando a favor de la “legalización” de la producción de marihuana sin darse cuenta que eso abre el camino a su producción industrial a gran escala por parte de monopolios como Juicy Land, Mannta, entre otros, que se enriquecerán con el letargo y envenenamiento de la juventud proletaria, a la que le generarán problemas de salud tanto física como mental gracias al consumo de la marihuana.
Sin embargo, la postura de las y los comunistas frente a este tema es muy clara ya que, como menciona nuestra Resolución sobre el consumo y la adicción a las drogas del II Congreso de la FJC, “la FJC asume que la lucha contra el capitalismo, pasa por atacar y desmontar con argumentos científicos, ideológicos y políticos la ideología de la clase dominante, incluyendo el uso y consumo de las drogas, como método de control”. Por tanto, una verdadera lucha contra el capitalismo, que apunte a su destrucción, pasa por luchar contra el consumo de la marihuana, así como de cualquier otra droga, en exponer la falsedad de los argumentos sobre supuestos beneficios en la salud aun no comprobados, o del negacionismo sobre los perjuicios en la misma. Solo en el socialismo, la investigación científica puesta al servicio de la clase obrera, podrá arrojar resultados reales sin ocultar posibles consecuencias negativas para nuestra clase, no como ocurre hoy en el capitalismo.
[1] National Institute on Drug Abuse. La marihuana – Reporte de investigación. 2019. p. 11.
[2] El Confidencial. El cannabis no te ayudará con tu depresión o tu ansiedad, según la ciencia. 2019. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2019-10-29/cannabis-no-ayuda-depresion-ansiedad-ciencia_2304488/. Consultado por última vez en julio de 2021.
[3] National Institute on Drug Abuse. La marihuana – Reporte de investigación. 2019. p. 8.
[4] El Confidencial. El cannabis no te ayudará con tu depresión o tu ansiedad, según la ciencia. 2019.
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