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La inminencia del aumento al transporte público en Yucatán, otro ejemplo de demagogia socialdemócrata

  • Foto del escritor: chaksaastal
    chaksaastal
  • 17 jul
  • 4 Min. de lectura

Por: Guillermo Uc.



“Hoy lo digo claro y fuerte a todo Yucatán: no voy a permitir que suba la tarifa del transporte”. Éstas fueron las palabras textuales de Joaquín Díaz Mena “Huacho”, gobernador de Yucatán, en una conferencia de prensa el pasado 7 de mayo. Desde entonces, en múltiples ocasiones, el Gobierno del Estado de Yucatán se ha asegurado de convencer a la clase trabajadora de la entidad de que las tarifas en el transporte público se mantendrán como hasta ahora: $7.50, tarifa general y $2.50, tarifa social, en el sistema convencional, y $12.00, tarifa general y $5.00, tarifa social, en las rutas del sistema Va-y-Ven.


No obstante, como ha ocurrido con todas las promesas de la socialdemocracia, se ha comprobado que esas palabras no fueron más que demagogia. Los últimos días de mayo despertamos con la noticia de que la ruta Alemán – Vega del Mayab de la ciudad de Mérida, la cuál es utilizada a diario principalmente por trabajadores y estudiantes del Campus de Ciencias Sociales, Económico-Administrativas y Humanidades (CCSEAH) de la UADY, aumentó su tarifa sin previo aviso, de $2.50 a $5.00 y de $7.50 a $10.00.


Ante la situación, la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY), dependencia del gobierno de “Huacho” encargada de supervisar y regular la totalidad del sistema de transporte en el estado, respondió que el aumento fue “de mutuo acuerdo” entre los concesionarios y la población, y que la ATY “no recibió queja alguna” de los usuarios. La promesa del gobernador Díaz Mena no fue más que una vil mentira.


La inacción del gobierno de Yucatán, por sí sola, fue un duro golpe para cientos de usuarios de la ruta Alemán – Vega, pero lo peor es que, quizá, eso no sea lo más grave del asunto. Usuarios de diferentes rutas del sistema Va-y-Ven, han reportado que, al subir a las unidades, han sido abordados por encuestadores de la ATY, los cuáles les han hecho preguntas bastante sugerentes. La más alarmante de todas, sin duda, ha sido la de “¿Estaría usted de acuerdo con que la tarifa de este sistema aumente de $12.00 a $15.00?”. En algunas ocasiones, incluso han pedido la opinión sobre el aumento hasta los $18.00.


A principios de mayo, la administración estatal “desenmascaraba” el déficit financiero del sistema Va-y-Ven, alertando sobre el alto costo que éste representa para las finanzas públicas. Según los datos presentados, el sistema enfrenta un déficit proyectado de 1,860 millones de pesos para 2025, cubriendo apenas el 41 % de sus costos operativos. Es decir, por cada peso ingresado, el sistema tiene un faltante de 0.59 pesos, lo que llevaría a requerir aproximadamente 11 000 millones de pesos en subsidios estatales en los próximos seis años.


Sin embargo, lo que no se menciona es que dicho gasto no se deriva de una política pública orientada al beneficio de la clase trabajadora, sino de un subsidio directo a los monopolios del transporte, como Mobility ADO, que mantiene la concesión de gran parte de las rutas del sistema Va-y-Ven. En otras palabras, el Estado asume el déficit no para garantizar el derecho al transporte de la población, sino para garantizar las ganancias de los monopolios. Por lo que un aumento en el transporte, significaría, disminuir la carga estatal, pero cargándole el peso a la clase trabajadora.


Con total cinismo, el Gobierno del Estado, el gobierno de la así llamada (por los oportunistas) “izquierda en el poder” en Yucatán, se encuentra allanando el camino para el aumento de un 25% o hasta de un 50% en las tarifas del transporte, no solo de la ciudad de Mérida, sino de varias rutas en el estado de Yucatán, pues el sistema Va-y-Ven no se limita solo a la Zona Metropolitana de la capital del estado, sino que también cuenta con rutas en Valladolid y Tizimín, al oriente del estado.


Contrario a lo dicho por el gobierno, sobre que un aumento serviría para brindar un mejor servicio a los usuarios, contar con más rutas y paliar las “pérdidas” generadas por subsidiar al sistema Va-y-Ven, el motivo de fondo, como hemos expuesto con anterioridad, es aumentar las ganancias de las empresas del transporte, en un escenario sumamente beneficioso para la violenta arremetida que prepara el monopolio Autobuses de Oriente (ADO) en su carrera por hacerse del control de todo el sistema de transporte, no solo de Yucatán, sino de toda la región sureste del país. La burguesía está haciendo negocios millonarios con los servicios públicos, afectando directamente nuestros salarios y, con ello, nuestra calidad de vida.


Por tanto, ante la clase trabajadora se presenta la necesidad de organizarse y luchar en contra del aumento a la tarifa del transporte. La historia de las movilizaciones en contra de dicho aumento en Yucatán, como la que irrumpió en 2018, ha demostrado que no solo es posible frenar el aumento, sino incluso reducir la tarifa. No obstante, para ello es imprescindible un nivel de organización elevado, una correlación de fuerzas favorable y la claridad política necesaria para evitar que sobre esa lucha se monten representantes de los partidos de la burguesía, a los cuáles nada les cuesta hacer promesas que, al final, no van a cumplir, tal como está haciendo MORENA.


En este momento, son los estudiantes del CCSEAH de la UADY quienes están colocando el ejemplo de lucha; a su vez, los vecinos, hoy afectados por el aumento a la ruta Alemán – Vega, se han movilizado y empezado a organizar. Pero la organización no debe limitarse a solo una parte del pueblo, pues es casi la totalidad de éste quien usa el transporte público y, por tanto, será la totalidad de los usuarios quien reciba el golpe en sus bolsillos por un sistema de transporte que, a diferencia de lo prometido, no fue mejor, ni más amable, ni más rápido, ni más eficiente con el usuario.

 
 
 

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